julio 22, 2011

El anuncio del momento que nunca viviré.

Ahí me encontraba nuevamente justo de pie frente a la vitrina de la pequeña tienda de la esquina, donde últimamente me detenía mucho, comencé a pensar que la gente comenzaría a pensar mal de mi, pero no llego a importarme, ya tal vez me preocuparía de eso cuando la policía me alejara de ese lugar por estar asustando a los dueños o algo, ahora solo me preocupaba algo, observar. Observar aquel cartel que mostraba la vida que yo deseaba tener en pocas palabras, "Amor, pasión, música, felicidad". Era estúpido pensar que si lo seguía viendo aquellas cosas llegarían a mi vida, pero ahí estaba, observándolo, sin poder parar, esperando que algo pasase, esperando que ese momento llegara, era como si aquel cartel anunciara el momento que nunca viviría, o el que esperaba vivir, lo que es lo mismo. Me sentí intimidado, imagine sonrisas, abrazos, besos, todo lo que aun no había alcanzado, todo lo que aun no llegaba, Dios no podía ser tan cruel -pensé- ¿Como ponían ese cartel de camino a mi trabajo? era como si alguien intentara castigarme a diario, y si ese era el plan, lo hacia, me castigaban, que momentos tan feos vivía, pero lo peor llego a ocurrir luego, cuando decidí dejar de mirar el cartel y girarme para dirigirme a mi trabajo, un carro llego a toda velocidad hacia a mi, y me pego contra la vitrina, y eso fue lo ultimo que vi en la mi vida humana.
Como ahora saben, mi ultimo recuerdo no fue el mas perfecto, envidio a esas personas -Si es que como espíritu, alma, fantasma o lo que sea se puede envidiar- que mueren durmiendo, o mueren por un ser amado, o simplemente mueren felices, de verdad que envidia.
Volvamos al lugar donde morí, al momento en el que morí, me mire todo bañado en sangre, y presionado por el auto rojo, de no haber sido mio el cuerpo sin vida presionado por el auto me hubiese reído del hecho de que toda la escena estuviese "Coloreada" de rojo, el auto que me atropello, y mi sangre regada por todas partes. Me enfurecí al mirarme de aquella manera, -me faltaba mucho por vivir, yo no podía morir, yo era demasiado joven, tenia un futuro, un empleo, una vida-. Hice un movimiento y ya me encontraba al lado del piloto, de mi asesino, lo intente tomar por el cuello, intente cobrarle lo que me había hecho, pero cuando hice el intento, no pude, solo lo atravesaba, me aleje de el al volver a caer en cuenta de lo que era ahora, me aleje lo suficiente como para ver que sucedió luego, mucha gente curiosa comenzó a llegar, escuche unas sirenas, llego la policía, muchos curiosos mas, y así fue como poco a poco la escena del crimen se lleno de gente, unos hombres movieron el auto, y dejaron caer mi cuerpo, lo dejaron liberarse de la presión del auto contra la pared, me sorprendió el cuidado que tuvieron conmigo, por lo menos algo bueno en todo aquello, no soporte ver el momento en el que intentaron tomarme y mi cabeza se giro hacia donde yo me encontraba, no podía resistir aquella mirada fría, ¿Por que aun estaba ahí? no se suponía que debía, ¿Seguir? ¿no todos los que mueren lo hacen? ¿Por que seguía mirando todo aquello? Maldición que tortura. Y ahí fue cuando lo oí:
"El conductor ha sobrevivido"
Mi rabia aumento, el debía haber muerto, el debía estar sufriendo como yo, el debía ser castigado por haber acabado con mi vida, ese maldito.
Y así de rápido como morí, así de rápido aquel teatro se acabo, los curiosos fueron desapareciendo, los policías desaparecieron detrás de ellos, la ambulancia se llevo mi cuerpo, y mi asesino, una grúa llego y se llevo el auto, y solo quedaron quienes limpiaron mi sangre, en un momento todo estuvo limpio, y solo ya era "Algo que paso". En un abrir y cerrar de ojos aparecí en un vehículo en movimiento, era un ambulancia, tenia que serlo por todos los aparatos médicos en ella, en ella estaba un chico rubio, se le examinaban sus ojos azules con una linterna, mientras que otro doctor, le examinaba los brazos y las piernas, el parecía estar bien.
-Solo han sido rasguños, tuviste suerte-
¿Suerte? el que había muerto como un imbécil habia sido yo, y el era el afortunado y había que felicitarlo, me había asesinado.
-¿Tienes algún dolor de cabeza? - le pregunto el doctor al chico- ¿estas algo mareado o algo?
-No, me encuentro bien - La voz del chico apoyo su teoría, parecía encontrarse muy bien
-Por encima todo parece estar bien, te llevaremos al hospital, ahí te harán un análisis completo.
-¿Como esta el otro muchacho? - pregunto el chico, y no supe que se refería a mi hasta que los doctores pusieron aquellas caras feas- ¿Ha muerto? ¿Lo he matado? -Su voz parecía preocupada, me pregunte si era por mi, o por sentirse un asesino.
Me puse de pie justo enfrente de el, mientras que uno de los doctores me atravesaba para alcanzar una especie de tijera, una vez que la alcanzo, le corto un pedazo el jean al chico, según el, le estaba apretando mucho.
Mire aquellos ojos azules claros, eran los ojos de mi asesino, y ahí fue cuando creí entender porque aun seguía en el mundo de los vivos, yo debía vengarme.

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